El equipo de extraterrestres de las Pléyades, luego de «reparar» la devastación del planeta a consecuencia del gran impacto, se desarrolló con su gran Nave-Laboratorio —un portento tecnológico de 50 kms de diámetro, que funcionaba, además, como un invernadero— en un continente ahora desaparecido, aquel que el zoólogo inglés Philip R. Slater denominara Lemuria: un puente terrestre entre África y Madagascar.
La misión científica extraterrestre estaba integrada por un equipo de 7 Ingenieros Genéticos o Elohím. Su misión principal era preparar la aparición del primer ser humano.
EL ANDRÓGINO Y LA APARICIÓN DEL HOMBRE
El primer paso fue intervenir a un grupo de proto-homínidos —remotos antepasados del hombre— que llevaron al interior de la gran nave. Así, fruto del experimento, los Elohím consiguieron una variedad de andróginos; es decir, seres que poseían ambos sexos. Sin embargo, y a pesar de que el proyecto inicial fue todo un éxito, los andróginos no se adaptaron a la densidad del plano, por lo que se podía prever que no sobrevivirían al ser tan frágiles y sensibles frente a la agresiva dinámica de cambio que imperaba en aquel entonces en nuestro planeta.
Ello originó que los científicos espaciales realizaran una variación en el proyecto genético, interviniendo nuevamente a los andróginos para transformarlos, a través de alta cirugía, en seres de un solo sexo. Es decir, que fueron convertidos en machos y hembras. El resultado fue un grupo de Adanes y Evas de raza negra —la original del planeta—, que pronto se diseminarían por todo el globo. Hay que aclarar, que los extraterrestres afirman que fue de una Eva que surgió un Adán y no viceversa.
Una vez creada la base de la Primera Humanidad Terrestre, estos 7 Ingenieros Genéticos se reunieron con los grupos de Adanes y Evas en la Nave-Laboratorio, y les dijeron que de todo podían alimentarse —no olvidemos que el gigantesco vehículo extraterrestre funcionaba como invernadero—, menos de ciertas plantas que estaban reservadas en una zona especial, que tienen propiedades alucinógenas, y que al consumirlas, verían acelerar sus facultades psíquicas de una forma descontrolada, neutralizando toda posibilidad futura de desarrollar dichas facultades, afectadas las neuronas del cerebro e iniciando así, un proceso irreversible de muerte que ni ellos podrían detener, lo que llevaría a abortar el Proyecto Humanidad.
GADREEL: UN ELOHÍM CONTAMINADO
Los Adanes y las Evas aceptaron muy disciplinadamente la recomendación de no acercarse a estas plantas dañinas, pero uno de los 7 Ingenieros Genéticos, un médico extraterrestre llamado Gadreel, identificado con el Símbolo de la Serpiente, símbolo del Caduceo de Mercurio, de la Medicina, se reunió aparte con nuestros antepasados y les dijo que sus colegas junto con él, necesitaban observar el comportamiento de ellos bajo el efecto de estas plantas alucinógenas. Los avaló a escondidas, auspiciando la primera experiencia de consumo de drogas por parte de la Humanidad.
Los Adanes y Evas la pasaron muy mal: se les bajó la presión, sintieron frío, y cuando los demás ingenieros se dieron cuenta del problema, pensaron que definitivamente «los humanos eran seres impredecibles», que la curiosidad de ellos era muy peligrosa y que inclusive podría poner en peligro la seguridad de ellos mismos. Así, decidieron abortar por segunda vez el Proyecto Tierra y se marcharon en su gigantesca nave.
LA CREACIÓN DE LOS SUNKIES
Gadreel —nombre arameo que significa «Dios es quien me ayuda»— era un ser extraterrestre que se había unido en secreto a Luzbel, y siéndole fiel a sus intereses, buscó la forma de boicotear el programa induciendo a los primeros humanos seres a usar estas plantas prohibidas. Esta escena protagonizada por el Elohim, va de la mano con los conceptos que esgrime la «Angelología», donde se le describe como «la Serpiente del Jardín del Edén».
Tiempo después, cuando el resto de los Ingenieros Genéticos se entera de lo que había hecho, Gadreel fue abandonado en nuestro mundo, en una especie de prisión subterránea de la cual no saldría hasta que sus compañeros volviesen por él, al ver que comprendió su error. Y así fue. Durante este período, Gadreel, con la intención de enmendar su equivocación, «creó» una raza de criaturas humanoides, los «Sunkies», como iniciativa paralela a la humana, que viven en el interior del planeta y cuya importancia actual radica en que son ellos los principales moradores del Mundo Subterráneo. Los Sunkies formarían parte de una esquiva Humanidad Intrarrestre, cuyo rol explicaremos más adelante.
Una vez que los Ingenieros Genéticos se marcharon con Gadreel, dejaron a su suerte a estos grupos de Adanes y Evas que, pronto, se hibridarían con otros seres que ya se hallaban dispersos en diferentes regiones de la Tierra. De esta manera, comenzaría aquello que llamamos «el origen de las razas».
Esta dinámica de crecimiento espontáneo de la Humanidad impredecible motivaría a retomar con mayor fuerza el Proyecto Tierra, a pesar de todas las vicisitudes. Ello era importante, por cuanto los otros 3 planetas UR —recordemos que ya 4 se habían destruido debido a su inestabilidad— habían sido definitivamente abandonados al ver que en ellos se produjo una peligrosísima dependencia a los Vigilantes extraterrestres.
Esta primera raza, originaria del planeta, la base de todo, es lo que se conoce como la Humanidad Lemuriana.
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