Mientras se desarrollaba el Proyecto Sumerio, en el 4.200 a.C. se crearía una Misión Cósmica de Ayuda al Planeta, para ser insertada en un futuro en el mundo. Esta misión, llamada RAHMA, fue una iniciativa del Consejo de los 24 Ancianos de la Galaxia.
La Misión Rahma sería una de varias misiones de alerta que forman parte del Plan Cósmico.
Como hemos venido aprendiendo, a través de este puente de contacto, los Guías y Maestros buscan llevar a la Humanidad a un Despertar de Conciencia, en donde el Hombre salva al Hombre por medio de una transformación en sí mismo, en su propio mundo. La fuerza o energía capaz de lograr dicha transformación, es el AMOR. De ahí, que expresemos que «Rahma es Amar».
La Misión Rahma decimos, es una labor de contacto consigo mismo, con la familia, con el grupo, con la Humanidad, con los Guías, con Dios, en la cual, hermanos de otros mundos, ayudan al Hombre a tomar conciencia de su Misión, sugiriendo para ello, una preparación integral a nivel físico, mental y espiritual, que a través de una actitud de constancia y disciplina, logren el cambio, proyectándose así como verdaderos Soles que irradian Luz y Amor a la Humanidad. Es por eso que la palabra Rahma, en uno de sus aspectos más conocidos, significa «Sol en la Tierra» (RA=Sol, MA=Tierra); es decir, iluminar o irradiar Luz en el planeta.
LOS OBJETIVOS DE LA MISIÓN RAHMA EN LA TIERRA
La Misión Rahma procura la activación de un programa de contacto, el mismo que ha venido desarrollándose en la Tierra desde hace millones de años. Mantenernos firmes y perseverantes en los objetivos natos de Rahma sin desviar nuestra atención, sería la elección correcta para culminar lo que fue dispuesto por los Mayores.
Las Misiones en nuestro planeta, desde luego, son varias, difieren en forma y en objetivos. Pero, en lo que a Misión Rahma respecta, los objetivos son los siguientes:
La Comunidad de Base: Se refiere a crear grupos de sintonía y afinidad, que trabajen generando un estado mental positivo. Esta común-unidad no señala únicamente a un grupo físico de personas, la unidad se da también a niveles mentales, todos visualizando un mismo objetivo.
El Despertar de Conciencia: Consiste en activar la Clave del Recuerdo que nos aclara el momento que estamos viviendo. Empezar a comprender la existencia de un Plan Cósmico que reserva un destino de gran trascendencia para el ser humano. Este Despertar de Conciencia se debe iniciar en uno mismo e irradiarlo al prójimo.
Preparación para la posible Catástrofe: La que no se refiere exclusivamente a un cataclismo, sino a un «Catastro de Fe» o evaluación de nuestra FE frente a situaciones de duda y caos. La gran cantidad de nueva información cuestionará el desarrollo humano en todos los campos. Sólo la voluntad férrea de una persona decidida se transformará en la antorcha que separa las tinieblas de la confusión, y es que, si antes faltaba información, ahora existe información en abundancia que no necesariamente es correcta. Muchos se extraviarán por esta clase de información, al encontrarla atractiva y acorde con expectativas personales.
Concretar el Encuentro con la Gran Hermandad Blanca de los Retiros Interiores: El que ocurrirá durante el momento final de la Misión. Este encuentro simbolizaría el ingreso de la Humanidad como la Civilización Número 33. Con este encuentro, nosotros pasaríamos a ser discípulos de la Gran Hermandad Blanca para luego consolidarnos como Instructores del Nuevo Tiempo.
Recepción del Libro de los de las Vestiduras Blancas: Este es el objetivo supremo y final de la Misión Rahma, que la Humanidad reciba la verdadera historia de la Tierra. Así, este conocimiento nos liberaría de la dependencia cíclica al error. Este objetivo, por su connotación de «retorno de lo sagrado», señala además el advenimiento del Cristo Cósmico.
El plan para elaborar la Misión RAHMA involucraría la observación de espíritus potenciales en la Tierra, que miles de años más tarde serían integrados a ella para trabajar por el bien y transformación de la Humanidad.
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