Tres mil años antes de Cristo, el pueblo semita emigró de Arabia Saudita debido a los cambios climáticos operados en esa zona, instalándose una serie de clanes a lo largo de la Media Luna Fértil que iba desde Canaán hasta Caldea.
La familia de Abraham era uno de dichos clanes, Semita del Clan de Eber, de los Hebreos, el cual se instaló en lo que hoy corresponde a Siria, en la región de Arampadam, en el pueblo de Harán. Posteriormente, Taré, padre de Abraham, emigra hacia Ur de los Caldeos, metrópoli de aquel entonces. Una quiebra «económica» que se menciona en el Talmud en forma anecdótica, llevó a Taré a regresar a Harán, en donde a su muerte, su hijo es conectado para que de desplace hacia Canaán, zona programada para llevar a cabo algo...
ABRAHAM: LA PROGRAMACIÓN DE UN PUEBLO
Ese «algo» era programar a alguien, y es así como Abraham permite ser seleccionado, para que en él se multiplicaran las cualidades de guía espiritual y luego, a través de su descendencia.
Abraham era una persona muy inteligente que aceptó la idea que los Instructores Extraterrestres le transmitieron acerca de un Dios incomprensible, inconmensurable, inabarcable e inmanifestado. Entendamos que no se trataba de un «dios extraterrestre» que vivía en otro planeta, sino un Dios como un Origen de Todo. Justamente, ésta es la idea que la Humanidad, 3.800 años después, tiene de Dios. Pero en aquel entonces, era todo lo contrario, ya que existían miles de templos y miles de dioses a quienes se les pagaba tributo y adoración.
Abraham capta este mensaje y lo asume. Él, una persona algo sin igual, ya que contaba con un buen desarrollo de la Telepatía y la Percepción Extra-Sensorial (PES), lograba contactarse con los Guías o Instructores sin necesidad de acercamientos de naves o cosas por el estilo. Entonces, una vez aceptado su rol, a Abraham se le programa genéticamente, para que a través de él, se cree un grupo humano que pueda orientar espiritualmente al resto de la humanidad, actuando como guías para el resto, pero no para que se crean mejores, sino para que estén al servicio.
Según lo que nos han transmitido los Guías, la Tierra y la Humanidad son el pueblo seleccionado, más no así un pueblo en particular de ella. El caso de Israel, no es el del Pueblo Elegido, sino más bien, en un principio, una selección individual y de relación directa con la persona de Abraham y su descendencia para que, conscientes de su misión, sirvieran como guías espirituales y ejemplo de vida. Pero como, con el paso del tiempo, se hizo caso omiso a las recomendaciones, el mensaje transmitido con base en actitudes, perdió la fuerza de su Universalismo, desuniendo a los hombres, y alentando mayores diferencias y elitismos.
La idea de ubicar a Abraham en Canaán, es porque este sector es un puente natural entre Asia y África. Un lugar de tránsito por el cual muchos pueblos en el futuro iban a tener que usar, como fue el caso de los egipcios, los hititas, con los sirios, los babilónicos y los persas, entre otros. Inclusive, tiempo después, los griegos y los romanos terminaron cruzando por este «obligado» sector de la geografía. ¡Qué mejor lugar para colocar a alguien o a un grupo humano que tuviera tan arraigado sus principios éticos, morales y espirituales que pudieran contaminar al resto de la humanidad con ellos!
EL ENCUENTRO CON MELQUÍSEDEC
Abraham, no solamente estuvo guiado por Instructores Extraterrestres, sino que también por miembros de la Gran Hermandad Blanca Intraterrena.
Un día que regresaba de una batalla en la que había derrotado a una coalición de reyes, Melquisedec, uno de los miembros del Gobierno Interno Positivo y Rey de Salem (nombre antiguo de Jerusalén, pero también uno de los nombres secretos de Shambhala, la capital de Agartha), le salió a su encuentro y lo bendijo; entonces Abraham le dio la décima parte de todo lo que había ganado en la batalla. De esta manera, también se supervisaba el Proyecto y se daban las recomendaciones a seguir.
Una de las recomendaciones era que se cuidara la sangre, que no se mezclara ésta para no alterar el Programa Genético. Abraham no podía tener hijos con Sara, sin embargo ella concibe con la ayuda de los extraterrestres que la visitan, teniendo a Isaac. Isaac se casa con Rebeca, quien tampoco podía tener hijos, hasta que, con la ayuda de «lo alto», concibe a Esaú y Jacob. Jacob se casa con Lea, su prima, y luego con Raquel, a quien realmente amaba, pero ella tampoco podía darle hijos. Mas, nuevamente, con la mano de Los del Cielo, tiene a José, el de los sueños premonitorios, el del Don de la Profecía. Como podemos ver, demasiados nacimientos de «madres estériles», demasiados Hijos Programados...
Esta especie de Hijos Programados muestran el seguimiento y la continuidad que se le quería dar al Proyecto, procurando que no se desviara o se interrumpiera en el camino más de la cuenta. Era la mejor manera de supervisar que la Programación Genética se mantenía, asegurándose que al final, podrían darse las condiciones como para que se manifestara y materializara a través de estos pueblos, la Conciencia Crística en un ser iluminado y altamente evolucionado terrestre que estuviese dispuesto a brindar sus 7 Cuerpos, como para que se incorporara en su momento, un ser de la categoría de Hijos de Dios, procedente del Universo Mental...
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