Fueron enviados a nuestro planeta en grupos. No vinieron todos los rebeldes en un sólo viaje. El primero de estos grupos habría llegado a la Tierra poco antes de la transgresión de los 200 Vigilantes en el Monte Hermón, y, el último grupo de deportados con Satanael a la cabeza llegó a nuestro planeta en los primeros tiempos de la Atlántida.
CUERPOS CLONADOS
Un fenómeno que ya se había registrado en el primer grupo había alertado a la Confederación. Se trataba de un envejecimiento prematuro, fruto de poseer cuerpos clonados y bajo una influencia energética extraña para ellos: nuestro planeta. Esto no es descabellado, por cuanto los problemas que enfrenta la clonación humana, según los recientes experimentos es, precisamente, el envejecimiento acelerado.
Debido al avance evolutivo que lograron los oriones y otras civilizaciones extraterrestres, al morir y encarnar nuevamente, no pierden el recuerdo de la experiencia adquirida en la vida anterior. Poseen una «conciencia lineal». Por ello, en un procedimiento que no podemos comprender aún en la Tierra, decidieron construir réplicas adultas de sus propios cuerpos, para ser ocupadas si su vehículo material era destruido o se detectaba ya inservible. Era como cambiar de ropa.
Para comprender esto, imaginemos a un ser con una conciencia de 3.000 años de existencia encarnar nuevamente como bebé, y tener que vivir ese proceso, una y otra vez, hasta poseer un cuerpo adulto. En la Tierra, desde luego, esto no es así, por cuanto nos encontramos en un peldaño distinto de aprendizaje, olvidando quiénes fuimos en una existencia anterior y creciendo en distintas familias, geografías y realidades, para finalmente abrazar la iluminación que nos lleva de regreso a Dios. Según los Guías, no poseemos aún la preparación necesaria para recordar todo cuanto hicimos. Si en una sola existencia, los seres humanos nos vemos afectados por las personas que nos hicieron daño, que dañamos, que amamos, que perdimos, y diversas experiencias de impacto que nos sacuden, ¿qué pasaría si recordáramos el mismo proceso pero en 20 ó 50 existencias? No lo soportaríamos.
Lo que nos permitiría prepararnos para asumir ello, es la conciencia de que somos en realidad seres cósmicos.
LOS CRISTALES-PRISIÓN
Al envejecer rápidamente y morir en la Tierra, al provenir de Orión, las esencias de los deportados tendrían que volver a su lugar de origen. Si ello hubiese sido así, posiblemente hubiesen encarnado en sus cuerpos clonados adultos, que se encontraban en los mundos de aquella gran constelación.
Para evitar ello, los Vigilantes de las Pléyades depositaron en la Tierra unos cristales romboidales, de un color verde brillante —color asociado también a nuestro planeta, y que podemos observar en la vegetación—, cuya parte inferior enterraban, quedando la parte superior expuesta a manera de una pirámide de base cuadrada.
No obstante, hemos sabido, en experiencias recientes, que no todos aquellos oriones cuyas Esencias fueron atrapadas en otro Plano Dimensional por aquellos cristales, murieron por el envejecimiento prematuro.
Satanael, al ver que estaban envejeciendo rápidamente en la Tierra, logró esquivar la observación de los Vigilantes Pleyadianos para instalar laboratorios subterráneos con la intención de hallar alguna cura o antídoto. Sin embargo, los Vigilantes detectaron esta iniciativa y, por orden de la Confederación Galáctica, al ver la violenta y persistente posición de los oriones deportados, amparada en esta iniciativa científica que involucraba, además, la posible creación de cuerpos nuevos para aquellos que ya habían sido atrapados por los cristales, decidieron destruirlos en una intervención bélica.
Los laboratorios de los deportados que fueron alcanzados por el ataque de los Vigilantes Pleyadianos estaban instalados en lugares que hoy por hoy son conocidos en nuestra experiencia de contacto, como Paititi y Monte Shasta, entre otros. Ello explica por qué, precisamente en estos enclaves, se hallan aquellos Cristales-Prisión, y el por qué de la presencia de la Hermandad Blanca, cuya fundación en la Tierra abordaremos en el siguiente capítulo.
Los oriones «atrapados» dimensionalmente le habían declarado una Guerra Psíquica a la Humanidad, afectando considerablemente a los atlantes, quienes ya tenían bastante con el conocimiento heredado de sus padres, los Vigilantes.
MALDEK Y LA DESTRUCCIÓN DE POSEIDONIS
Los atlantes se volvieron una raza colonizadora, guerrera, expandiéndose por el planeta e imponiendo su tecnología y avance. Incluso se vieron en un enfrentamiento con una civilización autónoma de lo que había sido la antigua Lemuria y, por si esto fuera poco, una guerra interna por cuanto la Atlántida se fraccionó en dos corrientes: la que mantenía el espíritu de la luz, y aquella influenciada por las tinieblas que terminó destruyendo el archipiélago atlante —las 10 islas—, dejando sólo a tres como supervivientes, entre ellas, el centro principal, que alude a la Poseidonis de Platón.
Frente a esta situación que los Vigilantes no pudieron controlar, se pensó que si los atlantes se extendían fuera del planeta, podría resultar conveniente para reorganizar con ello el proyecto planetario, ya que con el tiempo se podría hacer que estos mestizos quedaran al margen del proceso terrestre, a pesar de que eran semi-terrestres. Esto es, que llegado el caso, la civilización atlante completa sería trasladada a Maldek, planeta ubicado antiguamente entre Marte y Júpiter. Para este fin se envió a otros atlantes a Marte para establecer un puente práctico entre la Tierra y Maldek, con tan malos resultados que no mucho tiempo después de haber arribado, se produjo un abuso por parte de ellos con la civilización marciana, generando un choque terrible.
Toda la tensión generada en Marte por los atlantes, y luego en Maldek —por la Ley de Vibración, lo semejante atrae lo semejante—, atrajo a un objeto sideral errante hacia el interior del Sistema Solar, pasando muy cerca de Maldek y, por un efecto desconocido —quizá fruto del propio magnetismo del gran intruso celeste—, las armas de destrucción masiva de los atlantes, que se hallaban concentradas principalmente en aquel planeta, estallaron por sí solas, destruyendo así al planeta en una violenta explosión. Las consecuencias fueron catastróficas, pues los fragmentos salieron despedidos hacia Marte, impactándolo, y haciendo que gran parte de su agua y su atmósfera se perdiera en el Espacio, acabando con la mayor parte de la vida en la superficie del planeta rojo. (Actualmente, aún hay vida en Marte, pero sus pobladores viven en el interior del planeta).
Pero los fragmentos de Maldek, no sólo alcanzaron a Marte. Ellos también llegaron a la Tierra, estrellándose muchos contra el escudo natural del planeta, que es la Luna. En ese entonces, la Tierra atrapó dos grandes trozos, que estuvieron orbitando durante un cierto tiempo alrededor del mundo, por lo que podemos afirmar que hubo una época en que tuvimos tres lunas; la actual y dos asteroides más pequeños, los cuales fueron más adelante atraídos al planeta, impactando uno de ellos en el Pacífico y mucho tiempo después, el otro entre el Atlántico y el Caribe, produciendo profundas fisuras donde la corteza terrestre es bastante débil, abriéndose así peligrosos vórtices electromagnéticos, que actualmente se conocen como el Triángulo de las Bermudas y el Triángulo del Dragón.
Tenemos que reseñar que estos fragmentos no cayeron inmediatamente en el planeta. En ese entonces, la tecnología y el poder mental de los atlantes era muy grande, de tal manera que llegaron a controlar aquellas otras «lunas», colocando precisamente en lo que hoy corresponde al Mar Caribe, una estructura piramidal llamada por los atlantes «Tagmatrón» con una gran esfera de cristal en la punta —a manera de una inmensa máquina energética—, que proyectase un haz de luz al espacio, y sostuviese la presencia de cada uno de esos cuerpos.
Igualmente, se trabajó en una estructura similar en el Pacífico, en lo que alguna vez correspondió a la ubicación de Mu, continente desaparecido cuyos restos se pueden asociar con la enigmática Isla de Pascua, frente a las costas de Chile. Estas pirámides concentraban una energía extraordinaria, como jamás hubiésemos imaginado. Pero la crisis interna de la sociedad atlante llegó a niveles incontrolables, como describimos líneas atras, por la influencia satánica, que pretendió utilizar el poder desarrollado para liberar a sus compañeros y atacar a la mismísima Confederación Galáctica; ello terminó revirtiendo el poder de dichas pirámides, atrayendo aquellos cuerpos siderales que debían mantenerse a la distancia, haciéndoles impactar y creando, no sólo grandes abismos oceánicos, sino también agujeros interdimensionales que comunican con otro tiempo y espacio. Estos agujeros no están abiertos todo el tiempo, sino cuando aquellas pirámides, hoy sumergidas, concentran una gran cantidad de energía, liberada, a su vez, por las tormentas que en la zona se producen frecuentemente.
LA GUERRA PSÍQUICA
Todo esto y más hizo la Oscuridad en contra del proyecto. El planeta registraba por ese entonces graves problemas, debido a los desequilibrios provocados por los inmensurables impactos.
Los oriones estarán allí atrapados hasta que se cumpla el Plan de Redención. Es decir, o ellos se arrepienten y cumplen con ayudarnos, o si no, de ahí no salen. Por eso, aquellos seres le han declarado una Guerra Psíquica a la Humanidad. Y, como ya vimos, desde la Atlántida, en donde casi lo consiguieron, han hecho todo lo posible por destruirnos.
Recordemos que esta Guerra Psíquica, no solamente es referida por los extraterrestres hacia nosotros para que estemos alerta de cómo la asechanza intenta manipularnos. El Apóstol Pablo ya lo mencionaba en una de sus Cartas a los Efesios, cuando dice:
«Vistan de toda la armadura de Dios, para que puedan estar firmes contra las asechanzas del Diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra Principados, contra Potestades, contra los Regentes de las Tinieblas de este Tiempo, contra Huestes Espirituales de Maldad en las regiones celestes» (Ef. 6:11-12).
Como ellos no pueden manipular a todos los seres, manipulan a unas cuantas personas vinculadas a la política, a la religión, a la economía, a los mandos militares, y a través de ellos mantienen el caos mundial de desesperanza, angustia y desequilibrio. Son ellos, los satánicos atrapados y sus servidores, los que conforman y mantienen un Gobierno Interno Negativo en nuestro planeta, que basa su poder en la ignorancia.
Y que quede claro que no somos «ratas de laboratorio»: En realidad, somos bebés de probeta. Nuestro mundo no es una granja donde nos están cebando para luego incluirnos en su dieta alimenticia, sino, más bien, somos una especie de «casa cuna», de donde los maestros esperan aprender de los discípulos a través de nuestras propias vivencias.
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